Debería sentirme liviana como se supone que se nos dice que es la vida. Me viene al imaginario cerebral la pluma que vuela en la película Forrest Gump cuando me quejo sobre los cientos de miles de pesares que a veces me supone la vida.
Me abruma tantas veces el sentir y el existir que,
Joder, todos los detalles me acompañan.
Siento demasiado, pero demasiado para que, tantísimo, una millonada, que a veces, me nubla las ideas porque solo me deja espacio para sentir, y me carga con un peso tras la nuca que en ocasiones pienso que es demasiado incluso para mi, que yo lo manejo aguanto todo.
El otro día hablábamos tu y yo, sobre qué sentido perderíamos si tuviéramos que perder uno, y pensé mucho en el tacto. Pero elegí mal y rectifiqué. Necesito tocar las vidas.
Siempre me han dicho que cuando lloro estoy guapísima, qué violento. ¿será verdad?
A veces cuando camino por la calle, con la música a todo meter para no oír a nadie, pienso si otros sentirán lo mismo, ya que muchas veces me encuentro en soledad con este sentimiento de no poder cargar con lo que se acumula a mis huesos y quizás por eso me crujen de esas formas. Avisan de que están resquebrajándose como las vigas de madera de una casa, pero aguantan, casi todo, menos el fuego.
Es por tener la mente hambrienta. Supongo.
Si me quedara quietecita en casa como la gente normal, seguramente no se me incendiaría tanto el corazón.
O sí.
La respuesta es que solo sé que, he nacido para vivirlo todo y que arda dentro. Mi casa puede mantener el fuego aunque se quemen estancias, algo así como “poniendo flores en la mesa de una casa en llamas”
pero sin quedarme con las ascuas de la noche anterior.
espero dejar estos suspiros.
yours truly,
hasta el domingo.
Marta Kornelski🔪🩸
pf amiga 💘 eres increíble